A veces en la vida nos quedamos pensando, porque no hice esto o aquello, porque no hice más en un tema o en otro, porque no le dije a esta persona esto o lo otro. La vida corre bastante rápido y hoy en día más que nunca, se nos pasan a veces las personas, se nos pasan las oportunidades , se nos pasa el agradecimiento, se nos pasa el perdón, se nos pasa la vida misma.
Nuestra tarea es vivir a conciencia, vivir cada momento intensamente, resolver cada situación con decisión, hacer elecciones con la firme convicción de ser acertadas, justas, equitativas y basadas en principios y valores.
La vida no es de retórica, no es regarnos en prosa, no es tanta filosofía, en lugar de eso es vivirla y actuar , no logramos nada pensando que es lo que nos suele suceder, quedarnos pensando en lo que deseamos y no hacemos nada para lograrlo. Hay que pasar a los hechos, debemos ser pragmáticos, firmes y decididos ante nuestros objetivos y anhelos.
Simplemente si queremos algo, hay que ir a conseguirlo, hacer lo que haya que hacer por encima de las dificultades que se nos puedan presentar, sin ahorrar ningún esfuerzo, sin atropellar, sin ofender, sin traspasar los derechos de los otros, no dejar para mañana ninguna acción que pudiésemos hacer hoy, hay que hacer y vivir el aquí y el ahora.
Preguntémonos ¿Estamos satisfecho(a)s con nuestros resultados en lo familiar, laboral, espiritual, físico, social o podemos hacer cambios a partir de hoy que nos ofrezcan mayores satisfacciones?
No hay tiempo para excusas, somos los actores de nuestras vidas y los responsables de nuestros resultados.
El viento sopla igual para todos, lo que debemos saber es como dirigir el barco y tomar el timón si hay que girarlo 360 grados con acciones inmediatas, efectivas y consistentes en algunas áreas de nuestras vidas.
Jaime Andrés Olano D.
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