domingo, 21 de noviembre de 2010

ESPIRITUALIDAD Y TRABAJO

"Cuando amas y sirves, cuando construyes y aportas, allí brilla la espiritualidad, porque ahí están presentes el Espíritu de Dios y tu propio espíritu. Sin el fuego del espíritu hay acciones, pero no hay misión, sin el aliento del espíritu hay cambios, pero no hay mejoramiento, sin la inspiración del mismo espíritu hay relaciones, pero no hay armonía. Pensando en esto, puedes preguntar: ¿qué es espiritualidad? Hay respuestas variadas, pero puedes integrar algunas como estas: espiritualidad es conciencia despierta, es fluir en el amor, es crecer en compasión y en servicialidad.

Espiritualidad es vivir conectado con Dios y alineado con su plan Divino. Ojalá esto te inquiete, trasciendas, medites y viajes mucho hacia adentro. Espiritualidad es hacer turismo interior y, cuando lo haces, tu trabajo se convierte en una misión.

Dice la historia que India disfrutó 60 años de paz en el siglo III a.C., cuando el emperador Ashoka se interesó seriamente por la espiritualidad. De hecho, se hizo monje en la práctica de la meditación, el desapego y el servicio. Este monje emperador descubrió que sólo se podía gobernar con integridad por los caminos del espíritu. ¿En cuántas empresas y organizaciones hay hoy un interés genuino y sincero por lo espiritual? ¿Oras o te relajas unos 30 minutos cada día?, recuerda este dispone de 1.440 minutos. Si te fijas buenas prioridades puedes sacar tiempo para cuidar el alma y llegar a tu trabajo con una actitud amorosa y positiva.

No siempre podemos hacer lo que amamos. pero sí amar lo que hacemos. Podemos realizar nuestra labor llenos de entusiasmo, es decir, llenos de Dios, guiados por Él y dispuestos a hacer su voluntad. Todo trabajo se dignifica cuando lo realizamos como una misión y como un ejercicio de amor a Dios y a los demás, porque "el trabajo es amor hecho servicio". Jalil Gibrán.

La creación no ha terminado y con cada acción nuestra, incluso la más insignificante, estamos llamados a ultimar y a perfeccionar el plan de Dios sobre el universo. Esa es la mejor manera de poner espiritualidad en todo lo que hacemos: saber que Dios nos hizo creadores y que estamos de paso por la tierra con una misión que sólo nosotros podemos cumplir. Hay que orar muy a menudo para descubrir esa misión y para ser fieles a ella, porque en el camino del amor siempre aparecen las espinas y los tropiezos.

"Orando están sin saberlo los que a conciencia trabajan la tierra, el hierro y la madera; los que investigan, crean, inventan y fabrican; los que consuelan, enseñan y divierten; los que sirven, los que construyen, los que curan. Orando están, sin saberlo, los enamorados de su obra, los que se consagran a su oficio con pasión, los que se entregan en cuerpo y alma a su tarea. Con Dios están los que se empinan sobre las miserias de este mundo para dar vida y mantener viva la esperanza". Constancio C. Vigil.

Una esperanza razonable nos pide aceptar las crisis en lugar de negarlas, evadirlas o buscarles soluciones superficiales.

Conservar viva la esperanza pide salir de la pasividad y estar siempre en camino, en búsqueda y en permanente aprendizaje. Sólo tiene derecho a esperar quien persigue lo que espera con fe y con pasión. La verdad es que hablar de esperanza sin asumir compromisos es sembrar ilusiones para cosechar frustraciones.

La esperanza razonable es una confianza con motivos y con entrega, y los líderes no deben dejar de vivirla e irradiarla. Siempre hay salidas cuando creemos y perseveramos. Como dijo en alguna ocasión Ernesto Sábato: "El sentido de la esperanza me levanta una y otra vez. Es necesario apoyarse en la esperanza, ya que esta es más perdurable que la angustia. Siempre hay algo fuera de nuestra cárcel: un sentido de absoluto que le da sentido a nuestra vida". Para nosotros los creyentes ese absoluto es Dios, y en Él se apoya nuestra esperanza."

Gonzalo Gallo González

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