No hay ningún valor o beneficio en quedarse estancado(a) en cualquier tipo de dolor. El mérito se origina de la manera en que logras salirte del dolor, como un avión ascendiendo sobre un lecho de nubes. El dolor transmite un mensaje que exige tu atención; ignorarlo o enmascararlo no es la solución, pues encontrará otra forma de comunicación.
Hoy quiero que trabajemos en reconocer el don que te han traído tus angustias, y en poder liberarlas de forma compasiva. Ya sea que los sentimientos dolorosos surjan de una relación, de una situación financiera, una pérdida, preocupación por un ser querido o por un desequilibrio en tu cuerpo, el método es idéntico.
Ahora mismo respira profundamente y dirige tu consciencia hacia el área del conflicto. Acalla tu mente lo máximo que puedas y luego descubre el don que yace en la situación dolorosa. Siempre hay una bendición escondida, ya sea una lección de paciencia, compasión, perdón, fortaleza, etc.
Una vez que has reconocido el don en el interior del dolor, éste no necesitará clamar tu atención. Ha enviado su mensaje y puede retirarse. Cuando este “mensajero” parte, la paz que siempre ha residido en tu interior se vuelve más aparente. Ésta es la base para la solución de cualquier problema.
Juntos, liberamos la situación dolorosa a Dios, confiando que ya ha sido resuelta en el plano espiritual, pero sabiendo que se está manifestando ahora también en el plano físico. Abrimos nuestros brazos al don de la resolución pacífica, de la sanación y los milagros.
Pensamiento del día:
Veo los dones en todas las situaciones que encuentro.
Soy fuerte, seguro(a), estable; y Dios ya sabe la solución
a todos los problemas de mi vida. Le entrego con amor
y Fe esta situación a la Divinidad, a la infinita sabiduría
de Dios. Gracias, Señor , por ayudarme siempre.
Ahora acepto tu ayuda por completo !!
Cortesia - Ana Isabel Mahecha
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