viernes, 5 de noviembre de 2010

ALGUNOS APORTES DE JIM RHON

Se ha escrito que Jim Rohn es uno de los más renombrados filósofos del éxito que hayan existido. ¿Porque? Debido a que sus ideas funcionan, han funcionado tan bien que casi una generación entera de entrenadores en Desarrollo Personal lo aclaman como su mentor y fuente de inspiración

En este escrito se han seleccionado algunas ideas que nos manifiesta y que consideramos son importantes de ser analizadas en función de nuestro desarrollo personal a saber:


El tiempo es el gran igualador de la humanidad. Se lleva lo mejor y lo peor de cada uno sin importar de lo que se trate. El Tiempo ofrece oportunidades pero también demanda un sentido de urgencia.

Cuando finalmente el juego de la vida concluye, no hay una segunda oportunidad para corregir nuestros errores. El reloj que se está llevando los momentos de nuestras vidas no se preocupa de los ganadores ni de los perdedores. No se preocupa de quién tiene éxito o de quién fracasa. No le interesan las excusas, la justicia o la igualdad. Lo único que importa es como jugamos el juego.

Sin importar la edad actual de una persona, hay un sentido de urgencia que debe conducirla a la acción ahora – en este preciso momento. Deberíamos estar permanentemente conscientes del valor de cada uno de los momentos de nuestra vida - momentos que parecen tan insignificantes que su pérdida con frecuencia pasa desapercibida.

Cada vez que nos llega una nueva idea, nuestro subconsciente la mide y la pesa para determinar qué nivel de acción es necesario tomar respecto a ella. Aquellas ideas que quedan en lo alto de la escala, reciben nuestra inmediata atención; las que quedan en la parte baja, reciben mínima o ninguna atención. Cualquiera que sea el nivel de acción que determinemos correcto, la decisión final será tomada según nuestra filosofía.

Si no hemos sido capaces de reunir el conocimiento adecuado, o si hemos fallado en refinar o agregar al conocimiento que poseemos, entonces, un significativo número de nuestras decisiones nos alejarán del éxito antes de llevarnos hacia él. Si tenemos la inclinación de gastar mucho tiempo en pequeñas cosas, o mucho dinero en estas mismas cosas, entonces, será esencial que observemos más de cerca nuestro proceso de toma de decisiones.

El mundo está lleno de personas cuyas decisiones están destinadas a destruir sus oportunidades para el éxito. Aquellos que no trabajen desde una sólida filosofía, con frecuencia harán lo que no hubieran tenido que hacer, y no harán lo que hubieran debido hacer. Fallarán en establecer metas y prioridades. Vacilarán entre una decisión u otra. Sentirán que deben hacer algo, pero les faltará la disciplina para convertir esta conciencia mental en acción.

Lo que pensamos determina lo que creemos; lo que creemos influencia lo que decidimos; lo que decidimos influencia lo que somos y lo que somos atrae lo que tenemos. Si no estamos felices con lo que las decisiones del pasado nos llevaron a ser, entonces, el lugar para empezar es con nuestro proceso de pensamiento actual.

En la medida en que agregamos nuevos conocimientos, empezamos a refinar nuestra filosofía. En la medida en que nuestras creencias cambien, igualmente lo harán nuestras decisiones. Y en la medida en que tomemos mejores decisiones, vendrán mejores resultados.

El desarrollo de una sólida filosofía, nos prepara para tomar decisiones sólidas. Como un arquitecto, debemos aprender a visualizar en nuestras mentes el resultado que deseamos obtener, y luego, empezar a trabajar en la construcción de los cimientos para darle soporte a esa visión

El fracaso no es un único y desastroso evento. No fracasamos de un día para otro. El fracaso es el resultado inevitable de la acumulación de pensamientos y decisiones pobres.

Para ponerlo más simple, el fracaso no es más que errores de juicio repetidos todos los días ¿Por qué alguien va a cometer un error de juicio y ser tan tonto como para repetirlo todos los días? La respuesta es: porque esa persona no piensa que eso importa.

Por sí mismos, nuestros actos diarios no parecen tener importancia. Un pequeño descuido, una mala decisión, o el desperdicio de una hora, generalmente, no tienen un impacto medible e instantáneo. Con más frecuencia de la que creemos, escapamos a las consecuencias inmediatas de nuestros actos.

El atributo más peligroso del fracaso es su sutileza. A corto plazo, parece que estos pequeños errores, no significan ninguna diferencia. No parece que vayamos a fracasar. De hecho, la acumulación de estos errores puede ocurrir en épocas de gran gozo y prosperidad en nuestras vidas. Como nada terrible nos ha pasado, como no hay consecuencias inmediatas que llamen nuestra atención, simplemente, vamos a la deriva de un día a otro, repitiendo los errores, pensando de manera equivocada, escuchando las voces, y tomando las elecciones erróneas

Los problemas y las recompensas de hoy son tan absorbentes para algunos seres humanos, que nunca pueden hacer una pausa suficientemente larga para pensar en el mañana. Pero, ¿qué pasaría si desarrolláramos la disciplina de tomarnos unos minutos cada día para mirar más allá del presente? Desarrollaríamos la habilidad de anticipar las consecuencias que están a punto de ocurrir debido a nuestra conducta de hoy.

Si empezamos hoy a esforzarnos y a hacer un trabajo consciente y consistente, para cambiar los errores sutiles y fatales en disciplinas constructivas, nunca más nos conformaremos con una vida ordinaria... ¡no una vez que hayamos probado los frutos de una vida con sustancia!

Para cambiar de lo que somos a lo que queremos ser, debemos empezar por esos aspectos básicos que afectan la forma en que pensamos. Podremos hacer grandes cambios en el curso de nuestras vidas, si destinamos más tiempo a esfuerzos conscientes para refinar nuestra filosofía. Lo interesante es que no tendremos que cambiar tanto, porque serán los resultados los que rápidamente nos cambiarán a nosotros.

La licencia que nos damos a nosotros mismos para ser vagos, aunque sea momentáneamente, fuera de las fronteras del autocontrol, establecen la sutil tendencia, que con el paso del tiempo, ocasiona la erosión de otras disciplinas que nos hayamos impuesto. Como cada disciplina incide en todas las otras, debemos ser muy cuidadosos con todas ellas. No nos podemos dar el lujo de ser indulgentes con ningún error, un día si y otro no. Recuerde, la libertad que nos otorguemos para continuar con un error, tiene un efecto en todos nuestros otros hábitos, que al mismo tiempo, tienen efecto en nuestro futuro rendimiento

Debemos, continuamente, estar mirando aún los más insignificantes errores de juicio, que podamos convertir en nuevas disciplinas. Una vez que un ciclo de disciplina se inicia, nuestros errores empiezan a sentir el efecto, dejando tangibles recompensas en la medida en que se retiran rápidamente

Dése tiempo usted mismo para aprender, tiempo para hacer, tiempo para lograr algo de “momentum”, tiempo para finalmente alcanzar sus logros. Es fácil impacientarse con uno mismo. Recuerdo la primera vez que traté de amarrarme los zapatos, me parecía que me iba a demorar una eternidad. Finalmente lo logré y no duró una eternidad, pero a mi me parecía que no aprendería nunca, sólo fue cuestión de tiempo.

Cuando usted comienza a pensar y a decir lo que realmente desea, entonces su mente automáticamente cambia y lo jala hacia esa dirección. Algunas veces puede ser tan simple como sólo hacer pequeños cambios en su vocabulario y como usted da a conocer su actitud y filosofía


*Fte: www.usatupc.com

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